Descripción
El calcio es un mineral fundamental para nuestra estructura ósea, pero también cumple muchísimas otras funciones de suma importancia para nuestro organismo: interviene en la coagulación de la sangre, neutraliza la acidez del estómago, fortalece el nervio óptico, ayuda a mejorar la presión arterial y el ritmo cardiaco.
Por eso, cuando no tomamos la cantidad suficiente podemos tener muy variados síntomas que afectan el óptimo funcionamiento de nuestro cuerpo, como:
- Calambres musculares.
- Insomnio (o falta de sueño profundo).
- Problemas dentales como las caries.
- Caída del cabello abundante.
- Uñas quebradizas.
- Debilidad ósea, lo que puede conducir a fracturas o raquitismo.
De ahí que sea imprescindible consumirlo, pues además es el mineral con mayor presencia en el organismo y el cuarto componente del cuerpo en mayor proporción después del agua, las proteínas y las grasas.
Desempeña múltiples funciones fisiológicas, entre ellas:
- Es fundamental para la construcción de los huesos, por lo que previene la osteoporosis.
- Participa en la coagulación, por lo que es importante para la curación de heridas.
- Ayuda a regular los latidos del corazón.
- Mejora la presión arterial en personas con hipertensión.
- Mejora el sueño.
- Colabora a metabolizar el hierro del cuerpo.
- Es vital como regulador nervioso, ya que contribuye a la transmisión de los impulsos eléctricos.
- Ayuda a modular la contracción muscular.
- Contribuye a la correcta absorción y secreción intestinal.
- Favorece la correcta liberación de hormonas.
- Útil en el tratamiento de artritis, calambres en piernas, menopausia, hipertensión y epilepsia.
- Ayuda a contrarrestar la acidez estomacal.
- Fortalece el nervio óptico.