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Calidad y estilo de vida

La percepción que un individuo tiene de su entorno y lugar de existencia son la base para el parámetro de referencia del llamado estilo de vida.
Los distintos estilos de vida parten de el conjunto de actividades y comportamientos diarios. El sistema cultural y de valores nos revelan los objetivos, expectativas e inquietudes para los patrones de estos estilos.

¿Calidad o estilo?

La búsqueda en la calidad de vida está en desarrollar estilos de vida saludables. Mantener el cuerpo y la mente de forma equilibrada es el compromiso para una satisfacción personal y el logro de metas que nos llevan a un desarrollo humano óptimo.
Los objetivos de llevar un estilo de vida que nos lleve a una con calidad son claros y beneficiosos.
Entre estos beneficios están el mejorar el estado de ánimo y la autoestima, obtener mayor energía para incrementar la productividad y actividad de la persona, reducir el riesgo de tener alguna enfermedad y complicaciones de la misma, prevenir y controlar el estrés además de mantener un peso corporal adecuado.
Los hábitos constantes para esta calidad de vida óptima y su conjunto de acciones modifican el funcionamiento del sistema inmunológico, tan importante hoy en día.

Modificaciones positivas que se ven reflejadas en el ser humano.

Tan importante son los conocimientos como la realización de las tareas diarias, por lo que una buena determinación ayudara a erradicar enfermedades presentes y peligrosas como la diabetes, del corazón, hipertensión arterial, niveles de triglicéridos y colesterol, entre otras enfermedades que son causa de muerte en muchos países. Adoptar un nuevo estilo de alimentación, en donde comer significa entender de nutrición, hace que la tarea de una vida saludable sea mucho más fácil y duradera. Alimentación equilibrada, batida y adecuada son las respuestas necesarias para mantener la salud de quién la consume. Una ingesta calórica adecuada nos da como resultado el gasto de energía requerido para una actividad física llana.

Un aproximado del 60 % de la población mundial es sedentaria.

Se ha demostrado que el sedentarismo es un promotor de riesgo para desarrollar enfermedades crónicas, por lo tanto el ejercicio físico es básico para mejorar el funcionamiento del organismo. Las características y condiciones de cada individuo determinan el programa de ejercicios a considerar, pero el promedio recomendado es 45 minutos diarios, entre calentamiento, actividad aeróbica y estiramiento.
Una de las herramientas exitosas para integrar una buena alimentación y una rutina de ejercicios es añadirla a la vida infantil para que ya después el adulto sea activo en estos conceptos y los conserve durante el largo de su vida.
Otro factor indispensable para sumar a esta calidad de vida es el descanso. Se necesita dormir lo suficiente para tener la vitalidad primordial para empezar un nuevo día. El cansancio acumulado disminuye la velocidad y la capacidad de atención en el individuo en sus actividades, esto a su vez genera estrés.

Hábitos saludables.

Muy comúnmente pensamos que el estrés es parte integral de nuestra vida, pero no lo es. Controlar el estrés es posible, y nos podemos apoyar en una relajación profunda por medio de la respiración y la meditación El gran círculo vicioso incrementa el estrés y nos lleva al mal funcionamiento del cuerpo, la falta de sueño, el poco rendimiento físico da a la aparición del sobre peso y la obesidad, los efectos entonces podrán tener daños irreversibles.
Cambiar nuestros hábitos, poner más atención en la higiene personal y alejarnos de actividades nocivas como el fumar o beber alcohol nos trae un beneficio completo. El estilo de vida saludable nos llena de abundantes oportunidades de todo tipo y características, nos hace el sentir felices y conectados con nuestro ser. Nunca es tarde para empezar este cambio, la actitud es clave pero el esfuerzo es indispensable y la recompensa entonces será inevitable.

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El Azucar y su consumo

Unos de los grandes problemas en nuestra alimentación es el consumo de azúcar, su consumo en altas cantidades generan enfermedades metabólicas como la diabetes entre muchas otras.

¿Cómo saber si somos adictos al azucar?

Tomando en cuenta la ingesta compulsiva y el sustituir alimentos sanos por dulces y comida chatarra nos da la respuesta y si tenemos estos sintmas es claramente que somos adictos al azucar. La glucosa es el alimento que aporta energía de forma inmediata pero su efecto de combustible en el cuerpo dura muy poco tiempo.
El cuerpo, que se acostumbra a obtener está energía de forma fácil, olvida de como obtenerla con otro tipo de recurso.
La adición comienza a gestar un círculo vicioso y el cuerpo quiere más de esta energía rápida.

¿Como revertimos esta situacion?

Lo primordial es empezar a reemplazar nuestros alimentos diarios, con cuidado, que no baje demasiado el nivel de azúcar en la sangre es la clave para que el organismo no sufra de una necesidad fisiológica y emocional que lo impulse a querer consumir azúcar de manera apresurara y sin control. Liberar la glucosa de forma lenta es la recomendación para la perdida de peso y la mejora de la salud de manera inmediata, eso incluye también nuestra salud dental y hasta nerviosa.

¡Que recomendamos!

Lo que recomendamos en Fast Keto Green para este cambio es un estilo de alimentacion bajo en carbohidratos. La reducción en el consumo de azúcares y almidones, aumentando alimentos ricos en proteínas y grasas naturales, los vegetales son la clave. Alimentos como el huevo, carne,pescado entre otros son perfectos.
Ingerir una cantidad baja de carbohidratos pero suficiente, (consulta con nuestro Coach Marcelo Yaguna) aportara la energía para nuestro desempeño diarios y que las funciones de nuestro organismo mejoren.

Beneficios a corto y largo plazo

El control de la glucemia (azúcar en la sangre) equilibrio en los niveles de colesterol y triglicéridos además de no retener líquidos. Ayuda a desinflamar el intestino por el alto contenido de fibra y lo más importante paralelo a todo esto es el aumento de saciedad ya que las grasas naturales y las proteínas se absorben lentamente y en consecuencia controlaremos el hambre. Esto favorecera a la perdida de peso.
Dependiendo de una persona a otra es como se debe adaptarse la ingesta de carbohidratos y reducirlos en términos diarios.
Recomendamos también eliminar los productos industrializados ya que estos contienen una alta concentración de azúcar. Es importante leer las etiquetas para saber qué comemos.
Es preferible incluir alimentos de orígen natural para un éxito completo, el aceite de oliva, frutos secos, semillas y aguacates entre otros son fuente saludable de grasas que compensan la parte de los carbohidratos sin resultados negativos.

Consejos

Aprender que aporte de nutrientes nos da cada comida y ser 100% conciente de esto es el pilar fundamental para entender los efectos secundarios, que pueden dar enfermedades de por vida. Para nuestra vida necesitamos que el buen comer se vuelva un hábito de vida y sostenerlo a largo plazo de forma sencilla y práctica. Cuánto menos carbohidratos mayores efectos positivos veremos. Comer de forma libre pero de manera responsable y controlada son las herramientas indispensables para mantener una vida sana.

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Revertir diabetes Tipo 2

La diabetes tipo 2 se produce cuando el cuerpo de una persona produce insuficiente insulina o se encuentra imposibilitado de utilizarla eficazmente. Se trata de una enfermedad crónica que requiere de una dieta saludable, de la realización de ejercicio físico y, claro está, de medicamentos.

No obstante, la diabetes tipo 2 puede hasta revertirse por completo si el paciente desarrolla diferentes acciones como las mencionadas anteriormente y si su organismo responde de forma positiva ante los cambios.

Por ello, hay al menos tres acciones o hábitos a llevar adelante con el fin de combatir la diabetes tipo 2 y poder revertirla con el transcurso de los meses y años.

Ayuno intermitente

El ayuno intermitente es considerado por algunos como una suerte de dieta. En realidad, consta de un hábito que implica no ingerir ningún tipo de alimento en un lapso de tiempo determinado (6, 8, 10 o 12 horas) una, dos o incluso tres veces por semana.

Este ayuno otorga importantes beneficios para el cuerpo y la salud de una persona; le permite controlar el apetito, no comer porque sí (por ansiedad o para contrarrestar otros inconvenientes) y sentir más energía interna para desarrollar todo tipo de actividades o trabajos.

Para los que padecen diabetes tipo 2, el ayuno intermitente es muy recomendable por los expertos debido a que estimula la regulación positiva de los receptores de insulina. Tal es así que hasta les puede salvar la vida en caso de que la enfermedad sea grave.

Lo cierto es que persona produce, por defecto, insulina durante las 24 horas del día (sobre todo cuando está despierta y llevando a cabo alguna actividad). Con el ayuno intermitente se reducen la frecuencia y la cantidad de los denominados picos insulímicos.

Así, las células quedan expuestas a una menor carga y, por lo tanto, van a recibir menos ataques por parte de la insulina y, además, van a mejorar la sensibilidad ante la misma.

Realizar ejercicios físicos

Concretamente, refiere a los ejercicios aeróbicos al aire libre para hacer durante aproximadamente media hora cinco veces por semana; caminar rápido o correr al aire libre antes de las 10 o después de las 16 para estimular la producción de vitamina D (los diabéticos suelen tenerla muy baja) resulta uno de los mejores remedios para combatir la enfermedad.

Más allá de esto, contar con un estado físico óptimo es esencial para complementar con el ayuno intermitente y contribuir a que el cuerpo realice sus funciones de manera eficaz. A su vez, la actividad física estimula el aceleramiento del metabolismo, lo que beneficia también a los receptores de insulina.

No obstante, ir a un gimnasio, levantar pesas y fortalecer los distintos músculos del cuerpo no es recomendable para un diabético. Esto se debe a que, además de que implica un gran esfuerzo, el mismo no brinda resultados a la insulina o a las células.

Exactamente lo contrario sucede al correr o caminar rápido; el esfuerzo muscular es menor y hace bien a todas las partes o componentes del cuerpo involucrados en la enfermedad.

Como si fuese poco, la diabetes ocasiona (por sus cualidades y consecuencias) una pérdida de masa muscular, lo que convierte al ejercicio físico en imprescindible para revertir el diagnóstico y el futuro de la persona.

Dieta con bajo índice glicémico

El índice glicémico es el que establece el nivel de producción de insulina. Al ingerir una persona con diabetes tipo 2 alimentos con bajo índice, se produce menos insulina; esto es, justamente, lo que se debe lograr para combatir y revertir la enfermedad.

Por esta razón, lo más recomendado por expertos para pacientes con diabetes tipo 2 son alimentos ricos en grasas y proteínas como algunas frutas, verduras y vegetales, entre otros.

Por el contrario, los dulces como las golosinas, caramelos, pochoclos y pastas rellenas estimulan de forma considerable la producción de insulina, lo que resulta perjudicial para estos casos.

Cabe aclarar que en algunos casos la diabetes (incluso la de tipo 2) es menos grave que de costumbre, por lo que el paciente puede estar autorizado a ingerir dichos alimentos de manera limitada.

Síntomas de la diabetes tipo 2

Al carecer el cuerpo de un sistema que alerte sobre la posible presencia de enfermedades, diferentes síntomas son los que generan malestar y obligan a la persona a realizarse chequeos médicos.

En este caso, la sed, la micción frecuente, el hambre constante, la fatiga y hasta la visión borrosa son síntomas compatibles con la diabetes tipo 2. De hecho, muchos comienzan a aumentar o a perder peso en poco tiempo, a tener una visión borrosa y hasta evidenciar una mala sanación de heridas, entre otras.

Quien padezca estos síntomas debe recurrir de inmediato al médico y realizarse los estudios correspondientes, además de modificar sus hábitos alimenticios con el fin de prevenir inconvenientes mayores.

Cabe destacar que, así como algunas personas padecen varios síntomas en simultaneo, hay otras que carecen por completo de los mismos. Por ello cuidarse con la alimentación (sobre todo del azúcar) es siempre muy necesario ya que es el factor principal para el bienestar físico y mental.

Otros métodos para revertir la diabetes tipo 2

Dependiendo la edad de la persona, sus síntomas, su nivel de malestar y demás factores, existen otros métodos para curar la enfermedad; por ejemplo, aplicar insulina, fármacos orales y terapias de estilo de vida resulta muy benéfico para una gran cantidad de pacientes.

De hecho, hay estudios realizados en distintas partes del mundo que establecen que alrededor del 40% de las personas con diabetes mejoran notablemente tras recibir estos tratamientos.

Además, todo ello genera no solo que el paciente evolucione muy bien de la enfermedad, sino que deje de ingerir otros remedios con consecuencias directas; por ejemplo, los corticoides que dan sueño y debilitan.

La diabetes tipo 2 nunca debe ser subestimada debido a los problemas que ocasiona. Sin embargo, existen diferentes prácticas y consejos para implementar que otorgan resultados muy positivos y contribuyen incluso a erradicarla de manera completa y definitiva.

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El ayuno intermitente

Son muchas las personas en todo el mundo que realizan ayunos intermitentes durante unas horas antes de volver a comer de forma regular. Si bien puede resultar positivo para algunos, es malo para quienes no lo necesitan debido a las consecuencias que produce.

Por ello, si vas a realizar ayunos intermitentes debes asegurarte que, por ejemplo, durante dicho lapso no practiques deportes o actividad física que te generen un importante gasto calórico. Justamente por ello, los expertos no lo recomiendan para quienes se encuentran sanos.

Por esta razón, y teniendo en cuenta que hay diferentes tareas que requieren de una buena alimentación previa, si vas a realizar ayunos intermitentes debes tener en cuenta algunos consejos.

Define el horario de ayuno intermitente según tu necesidad

Lo más frecuente es realizar gran parte del ayuno intermitente mientras se duerme durante las horas de la noche; es decir, terminar de cenar alrededor de las 22 y desayunar a las 10 am del día siguiente.

La ventaja de este lapso es que casi no sientes hambre ya que gran parte de esas 12 horas permaneces acostado durmiendo y con muy poco gasto calórico. Por su parte, la desventaja es que tardas más en digerir el último alimento y, además, no perderás peso al menos en el corto plazo.

Cabe destacar que, si haces este ayuno entre las 10 y las 16, sentirás más rápido el hambre y, si te mueves y desarrollas actividades, tu cuerpo convierte tus reservas de grasas en energías. Así, adelgazarás más rápido y evidenciarás mayor agilidad y un mejor estado físico, entre otras.

Establece los días de ayuno intermitente

Ante la imposibilidad de llevarlo adelante todos los días, no sirve tanto realizar ayuno intermitente un martes y miércoles o jueves y sábado como tampoco ir modificando los días todas las semanas.

Por esta razón, lo más recomendable es que establezcas una suerte de rutina de ayuno intermitente y que cumplas a rajatabla los días y horarios establecidos; por ejemplo, martes y viernes de 13 a 20 horas.

Esto último te permitirá organizarte mucho mejor y dejar que tu cuerpo y tu mente se acostumbren a ello, lo que te inhibirá –en esos días y lapsos- del sentimiento de hambre o ansiedad por comer.

Evitar determinados alimentos durante el ayuno intermitente

El ayuno intermitente no consta únicamente de no comer durante ciertos días en determinados horarios; se trata de acompañar dicha acción con hábitos que posibiliten evidenciar sus beneficios en el corto o mediano plazo.

Por ejemplo, si un día vas a hacer este tipo de ayuno no debes comer en las horas previas y posteriores alimentos sólidos o que tarden mucho tiempo en digerirse. Si haces esto, tu cuerpo utilizará siempre lo sólido como fuente de energía calórica en lugar de tu grasa corporal. En consecuencia, no bajarás de peso ni tampoco lo descomprimirás de otras funciones.

Complementa el ayuno con agua y té

Si decides hacer un ayuno intermitente de 24 horas (entre un desayuno y otro o entre almuerzos o cenas) no debes comer, pero sí puedes beber agua, té o cualquier bebida que carezca de calorías.

No obstante, las bebidas que consumas durante el ayuno intermitente tampoco deben contener propiedades dañinas o que producen alguna consecuencia directa en la digestión; por ejemplo, la coca cola light, cuyos ingredientes o agregados generan efectos en el cuerpo y en su metabolismo.

Un ayuno intermitente de 24 horas, más conocido como Eat-Stop-Eat, resulta complejo de tolerar. Por ello tienes que administrar y distribuir bien las cantidades de líquido que vas a ingerir; por ejemplo, 250 ml de agua por hora para llegar a un total de 6 litros en 24 horas en lugar de beber tres en las últimas dos horas.

   Razones para hacer ayuno intermitente

Pese a los beneficios que posee, el ayuno intermitente es muy útil únicamente si cuentas con motivos para hacerlo; es decir, si no padeces retención de líquido o necesidad de bajar de peso carece de sentido que tomes el compromiso de practicarlo cada semana.

En este contexto, hay al menos cuatro razones por las que diferentes personas (cualquiera sea su rutina o actividad diaria) deciden comenzar con el ayuno intermitente.

Controlar el apetito

Si bien al principio cuesta implementarlo, a mediano y largo plazo el ayuno intermitente permite controlar el apetito y evitar que este aparezca en momentos en los que no es recomendable comer (por ejemplo, antes de acostarse o irse a dormir).

Esto se debe a que el ayuno intermitente contribuye a regular la grelina, más conocida como la hormona del hambre, y la leptina, que es la principal responsable de indicar a la mente de la persona que esta se encuentra saciada.

No comer porque sí

En reiteradas ocasiones, las personas tienden a comer pese a no sentir hambre; lo hacen por ansiedad, nervios o para contrarrestar sensaciones negativas, entre otras, lo que, si bien no implica un daño severo para el cuerpo, es algo que se debe evitar.

Esto último se logra, justamente, a través del ayuno intermitente, el cual aleja el hambre en situaciones anormales y ayuda a solucionar dicho inconveniente de un modo más saludable; se trata de lograr una relación mucho más sana entre la persona y la comida.

Tener más energía interna

Aunque parezca mentira y hasta cueste sentirlo, cuando una persona se encuentra en ayuno intermitente está mejor alimentada. Concretamente, está más activa si tiene hambre y, una vez que comió, tiende a estar sedentario.

Más allá de todo, quienes deciden comenzar con el ayuno intermitente debe conocer sus beneficios o consecuencias e ir observando los resultados para determinar si tiene que continuarla o no.

Los ayunos intermitentes se desarrollan en casi todo el mundo y se frecuentan más en ciudades y personas con problemas de sobrepeso, que es el motivo más importante para implementarla. A su vez, suelen ser recomendadas por nutricionistas y expertos y nunca de manera eterna, sino durante un lapso de tiempo determinado.

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Una vida baja en carbohidratos

Ser Keto significa una vida baja en carbohidratos, esto es lo mas recomendado por nutricionistas y expertos para pacientes que desean reducir tallas y mejorar su estado de salud. Permite sustituir los alimentos azucarados, el pan y la pasta por otros más saludables y con propiedades más benéficas y acorde a lo que se necesita.

Es que diferentes estudios de todo el mundo demuestran que, para bajar de peso, lo más efectivo es restringir o limitar los carbohidratos y comenzar a consumir proteínas, verduras e incluso grasas naturales y sanas.

Concretamente, el beneficio de una dieta baja en carbohidratos radica en que la glucemia se estabiliza y los niveles de insulina disminuyen. Esto trae como consecuencia directa la quema de grasas producto de que son utilizadas por el cuerpo como fuente de energía, además de inhibir la sensación de saciedad.

Hábitos que implican una dieta baja en carbohidratos

Más allá de no incorporar todo lo que sea rico en carbohidratos y azúcar, esta dieta implica establecer una rutina alimenticia que carezca de alimentos que, para este caso en particular, resultan perjudiciales; por ejemplo, papas fritas, maíz, arroz, cerveza y todo tipo de pastas (sobre todo las rellenas).

A su vez, la carne (roja y blanca), el pescado, el huevo y las verduras deben ser prioridad absoluta en cualquier persona que desee realizar por un tiempo determinado una dieta baja en carbohidratos.

No obstante, todo ello tiene que estar acompañado de un hábito esencial como comer únicamente cuando se tenga hambre y hasta sentirse saciado. Esto último es hasta más importante que la cantidad de grasas y calorías totales ya que influye en el metabolismo y en sus respectivas consecuencias sobre el cuerpo.

Las mejores recetas de comidas bajas en carbohidratos

Pese a sus beneficios y motivos para llevarla adelante, las personas a quienes les recomiendan implementar una dieta baja en carbohidratos lo hacen siempre y cuando las recetas los convenzan.

Por ello, y ante una demanda cada vez más creciente, existen decenas de alimentos o platos bajos en carbohidratos para beneficiar al cuerpo y a la salud y, también, para disfrutar de un buen rato.

Así, las albóndigas bajas en carbos con puré y verduras; pollo con setas y queso parmesano; pollo keto italiano; gambas al alijo; musaca baja en carbohidratos; lañasa de calabacín; lañasa acompañada de fideos de proteína; crema de calabaza; y sopa cremosa de brócoli son algunos de los platos más frecuentes y consumidos por quienes se encuentran realizando este tipo de dieta.

Cada uno de ellos posibilita la combinación de sabores exquisitos con alimentos sanos, benéficos y que dejan a su consumidor bien saciado durante muchas horas.

Por su parte, las frutas son también muy recomendables para este tipo de dieta; no contienen grandes cantidades de azúcares ni tampoco alguna propiedad perjudicial para el cuerpo.

¿Quiénes no pueden desarrollar una dieta baja en carbohidratos?

A pesar de las ventajas que la dieta baja en carbohidratos posee para personas excedidas de peso y con severos problemas de salud y corporales para realizar diferentes actividades, los hipertensos, diabéticos y madres en período de lactancia no deben consumir este tipo de alimentos.

Cabe destacar que, en muchos casos, pueden hasta cierto punto dependiendo la gravedad de su situación y, claro está, de las recomendaciones médicas. Por más benéficas que estas comidas sean, tienen un límite según los inconvenientes o trastornos que el organismo esté atravesando.

Todo lo contrario les sucede a las personas que están cerca de contraer diabetes, problemas de hipertensión o de encontrarse en periodo de lactancia; la dieta baja en carbohidratos les permite fortalecer su organismo y dotarse de las propiedades necesarias para impedir consecuencias graves.

Lo cierto es que las verduras y las frutas como la manzana, banana, naranja, frutilla, uva, sandía y ananá, entre tantas otras, son ideales para acompañar a los alimentos bajos en carbohidratos. Al mismo tiempo, pueden ingerirse en cualquier momento del día; es decir, desde la mañana para el desayuno hasta la post cena antes de acostarse a dormir.

Otras ventajas de la dieta baja en carbohidratos

Además de combatir las patologías mencionadas, la dieta baja en carbohidratos produce importantes beneficios para el cuerpo y la mente al mediano y largo plazo. Por ejemplo, relaja al estómago y eso lleva a la persona a menos dolores de panza, calambres, reflujos y diferentes problemas digestivos.

Además, este tipo de dieta posibilita superar o terminar con los antojos de azúcar. Esta última cuenta con un sabor que resulta exquisito para la gran mayoría de personas al momento de tomar un té, un café o comer determinados alimentos.

El inconveniente radica en que el azúcar es dañino cuando se lo consume en exceso, por lo que dejarlo de manera total implica un beneficio para el cuerpo y el organismo. A su vez, la dieta baja en carbohidratos reduce los antojos por las galletas dulces que para muchos resultan adictivas.

La mente, la más beneficiada

La cabeza y la mente son, al fin y al cabo, las que manejan el cuerpo o, al menos, influyen notablemente sobre él. Por esta razón, la dieta baja en carbohidratos otorga un importante beneficio a la misma.

Es que cuando una persona baja de peso y reduce drásticamente sus problemas de diabetes, hipertensión u otras patologías, se desenvuelve mejor y con más libertad. En consecuencia, eso se traduce a un estado mental mucho más óptimo que permite el normal desempeño de la persona con su cuerpo en sus diferentes trabajos o actividades.

Justamente, la dieta baja en carbohidratos es, casi siempre, la más recomendada por expertos para bajar de peso y combatir dichas enfermedades o patologías; por lo tanto, es el mejor remedio para muchas personas que la pasan mal y se deprimen por ello.

La dieta baja en carbohidratos es muy sana e ideal para llevar adelante en personas que ni siquiera sufren graves inconvenientes de peso o de salud. Contribuye al cuidado general y al bienestar de los integrantes de una sociedad.