Para comenzar, derretimos la mitad de nuestro chocolate ya sea en microondas, fuego lento o en baño de maría. Al tenerlo derretido, añadiremos un cuarto del aceite de coco y removemos hasta mezclar completamente.

Echamos la mezcla anterior en un molde engrasado y forrado de papel para hornear (en un aproximado de 13×20 pulgadas) y guardamos en un refrigerador o congelador para que se enfríe.

Con mucho cuidado procedemos a calentar la parte sólida de la leche de coco en un sartén distinto. Dejamos hervir a fuego lento durante unos minutos.

Ahora añadiremos la mitad del aceite de coco en conjunto a la mantequilla de frutos secos, el cacao en polvo y la vainilla a medida que vamos revolviendo. Creamos una mezcla suave. Si la masa se separa, usamos una licuadora de mano y pulsamos muchas veces hasta que quede uniforme.

Retiramos del fuego y echamos poco a poco sobre el chocolate. Colocamos nuevamente la sartén en el refrigerador para que vuelva a enfriarse mientras el resto del chocolate lo derretimos como en el paso 1.

Añadimos lo que resta del aceite de coco al chocolate y mezclamos. Luego ,o extendemos en una capa sobre el turrón frío y volvemos a guardar en el congelador para que se repose durante al menos una hora, mientras más tiempo, mejor.

Una vez lo retiramos del refrigerador, procedemos a cortar en 30-40 trozos pequeños. Guardamos en un recipiente hermético nuevamente en el congelador o refrigerador y ¡está listo!

Por lo general, el turrón se sirve mejor ligeramente frío.

¡Que lo disfrutes!